La modernidad del siglo XXI va cargada de restos del Renacimiento, de la Ilustración, de corrientes filosóficas marxistas, socialistas, del modernismo existencialista del siglo pasado con neologismos libres de criterios, utilizados a modo para explicar los acontecimientos del nuevo orden socioeconómico y político global. En estos cuestionamientos se sostiene el mundo moderno: belleza, ciencia, civilización, democracia, desarrollo, Estado, ley, mercado, objetividad versus subjetividad, progreso, razón, universalismo. Unos creados a partir de otros, así como de momentos históricos cruciales.