Los organismos no gubernamentales de carácter ecologista aparecieron entre los años setenta y ochenta en el mundo occidental con fines antropocéntricos para proteger al medio ambiente a partir de la falta de normas contra ciertas prácticas de gran escala y el exceso de gases de efecto invernadero derivados de las fábricas, de la quema de carbón, entre otros. Concretamente, surgieron estos grupos de defensa ambiental a raíz del informe: “Los límites al crecimiento”, encargado al MIT por parte del Club de Roma de los Estados Unidos, publicado en 1972, poco antes de la primera crisis del petróleo.